No había necesidad de humillarlo como a lajo. se vendó y luchó sin problemas
Se venda la herida y lucha
No hay nada potencialmente más contagioso que la sangre, sin embargo al luchador del Santa Rita Samuel López se le concedió el beneficio de la duda en la final de Liga de tercera, y además hasta en tres ocasiones oportunidad de vendarse la herida sangrante en el antebrazo. Pudo agarrar sin mayores problemas. Como siempre ha sido y como debe seguir siendo si se evita el roce directo.
Al puntal del Adargoma Joan Lajo, por una simple caspa en el antebrazo, se le prohibió luchar la semana pasada –incluso vendado- en la final de primera tras una patética escenificación arbitral de cuarenta minutos. Mucho menos tiempo hizo falta para que la noticia diera la vuelta al archipiélago gracias a las radios, prensa, televisión e Internet, y Héctor León revelara a toda Canarias su incapacidad para gestionar el mínimo contratiempo en el terrero: nervioso, dubitativo y soberbio, demostrando una categoría arbitral muy por debajo de la que indica el papel. Esta noche el trío arbitral liderado por Isaac Guillén (auxiliares: Francisco Candelaria y Ernesto López) ha dado una lección sacando adelante de forma brillante una luchada complicada con dos equipos de máxima rivalidad enfrentados en una final.