la lucha canaria se juega su prestigio, la nobleza debe salir victoriosa

La Ley del Talión sobrevuela

  Sentar un precedente en un asunto tan delicado puede conducir a la exigencia de la aplicación de la Ley del Talión que bloquearía por completo la lucha canaria. Es imprescindible recuperar la senda de la cordura. En ese infame escenario cualquier herida, roce, caspa, corte o grano es susceptible de que el rival exija la demostración de que no es infecto contagiosa. Los doce luchadores tendrían que ir con un certificado preventivo. Además ese certificado médico sólo tendría 48 horas de validez, ¿Existe algún equipo que pueda soportar la carga económica que supondría tener un doctor en la plantilla certificando cada dos días? La rozadura que tenía Joan Lajo en el antebrazo no era más que eso como ha quedado sobradamente demostrado por dos informes médicos, una simple rozadura que se produjo dos semanas antes agarrando lucha con el compañero de entrenamientos Cristo Izquier. Una herida común y vulgar a la que no se le puso más importancia, y con la que ya había luchada la semana anterior precisamente con el Unión Agüimes, no poniendo en aquella ocasión el equipo lagartero ninguna objeción. ¿Qué luchador no ha tenido una caspa en un codo, en una rodilla o en una oreja? ¿Es que de repente nos hemos vuelto todos locos?

  La lucha canaria no puede pasar por el aro que algunos la intentan hacer pasar. El sentido común hubiera resuelto este caso en un segundo, no habría habido caso. Véndate y lucha. Tira el mechero y sigue jugando le dijo Puyol a Piqué en el último clásico de Copa; pero los mecheros en manos de pirómanos suelen provocar incendios.