El Palmero hizo sus pinitos en la gran pantalla con un papel de relevancia como siervo del Gran Faycán, junto a Marcelo Mastroianni y Silvana Pampanini
Tirma /La Principessa delle Canarie
El film del director italiano Paolo Moffa, basado en la obra de teatro Tirma del investigador y escritor grancanario Juan del Río Ayala (1904 – 1969), desvirtuó la historia etnográfica que el autor canario recreó. Este miembro prestigioso del Museo Canario aplicó sus conocimientos científicos en sus obras de ficción, como en el caso de Iballa o Tirma. En esta última, Juan del Río Ayala adereza su obra de teatro presentándonos un ambiente bucólico con el romance amoroso apasionado entre la princesa canaria Guayarmina y el conquistador castellano, Hernando de Guzmán. Al mismo tiempo ambienta la historia en un mundo aborigen insular verosímil, donde el heroísmo de un pueblo, liderados por Guanarteme y Bentejuí, se opone al invasor de Castilla.
Pero una cosa fue la afamada obra de teatro y otra muy distinta su adaptación al cine. Tras los rodajes en diferentes parajes de la Isla de Gran Canaria, con actores internacionales de la talla de Marcelo Mastroianni y Silvana Pampanini, quien llegó incluso a presidir un encuentro entre Adargoma y Rumbo, se esperaba con expectación en la sociedad canaria el estreno de Tirma /La Principessa delle Canarie. Pero la simplicidad de la historia, la falta de rigor histórico, la poca fuerza en la acción, la condenó. Tuvo muy poca aceptación. Aquel proyecto que tanto había ilusionado a los isleños, fue duramente criticado en el 2º Festival de San Sebastián tras su estreno y en la prensa local donde nos cabe reseñar las del prestigioso investigador Luis Diego Cuscoy:
« (...) en general está todo falseado, Tirma se queda en algo que no conmueve. Y hay que lamentarlo doblemente, porque se ha malogrado un bello asunto y porque se da de la antehistoria de las islas una visión absurda. (...) seguimos esperando la película verdadera, aquella que eligiendo un tema canario, sepa tratarlo con respeto, sencillez y ternura»
En fin, sólo nos queda para el recuerdo los espacios conocidos, la luchada aborigen que dista mucho de la que los cronistas nos reseñaban (parece más un encuentro de lucha libre americana) y sobre todo la de los extras canarios, algunos de ellos luchadores; y como no, la de Alfredo Martín "El Palmero", a quien se le otorga un papel más relevante como siervo del Gran Faycán.
Feliz Verano a la gente de la Lucha Canaria.
Pedro M. Padilla Quintana