el herreño juan barbuzano se proclamó campeón imbatido en 1974
Copa mundial de luchas folclóricas
En el inicio del verano del año 1974 la plaza de Toros de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife fue escenario de un evento histórico. Aprovechando las exitosas trayectorias internacionales de los luchadores canarios Santiago Ojeda y Juan Barbuzano, se realiza la primera copa mundial de luchas folclóricas. Participan los países de Inglaterra con la lucha cumberland, Francia con la bretona, Suiza con la schwingwen y España con la leonesa y la canaria. A través del Nodo J.M. de la Chica vuelve a inmortalizar este encuentro donde la música y la danza tienen también su espacio. El herreño Juan Barbuzano se proclamó vencedor sin caer ni una sola vez en ninguna de las disciplinas.
La lucha canaria no deja de ser, como otras luchas del mundo, una manifestación folclórica propia de la cultura de un pueblo. En muchas partes del planeta nos encontramos con festivales que reúnen a luchadores que siguiendo, en algunos casos un ceremonial religioso o social, compiten para demostrar quién es el más hábil o el más fuerte. El premio puede ser un trofeo, una medalla, un animal de ganadería para las labores agrícolas, etc. Pero no cabe duda que el mayor galardón que persiguen, es el reconocimiento, la admiración y el prestigio social que supone salir vencedor en una lucha donde el único recurso que se emplea es la conjunción de habilidad, inteligencia y fuerza.
La admirada lucha canaria
A lo largo de la historia muchos foráneos han admirado la disciplina canaria por distintas razones, que la definen y la distinguen frente a otras, como pudieran ser: la vestimenta que permite un agarre con el que se puede realizar una gran variedad de luchas o mañas, la prohibición de cualquier tipo de llave que haga daño al contrario y la de que el perdedor debe tocar el suelo con cualquier parte de su cuerpo que no sean los pies. Estos rasgos la hacen más atractiva desde un punto de vista estético frente a disciplinas olímpicas como judo, sambo y grecorromana, donde la lucha prosigue en el suelo; o frente a luchas tradicionales como la leonesa, el ssirum, el lamb… que son mucho más limitadas en el agarre.
Debemos proteger y revitalizar la lucha canaria, sin intentar equipararnos con otros deportes
Nuestros enfrentamientos internacionales, bien en Europa bien en Asia, han tenido siempre un saldo favorable para nuestra lucha, de eso no hay duda; y es que - como decía un experto en este deporte - la modalidad canaria biomecánicamente es la lucha más completa; y en consecuencia hemos destacado casi siempre en cualquier encuentro, y nuestros luchadores (Chago Morales, Santiago Ojeda, Juan Barbuzano, Cristo Sánchez, Emilín, Trota, etc.) por ende, han logrado éxitos nacionales, europeos y mundiales. Pero debemos ser conscientes de que nuestra lucha, nuestra identidad canaria, se ve en la actualidad seriamente amenazada por los profundos cambios sociales que se están produciendo, como nos indicaba en su reportaje de TVE el periodista José Alberto Hernández. El atractivo que supone todo lo que viene de fuera hace que debamos proteger y revitalizar la lucha canaria más que nunca. Quizás debiéramos racionalizar mejor los períodos de competición, que la gente se quede con hambre de lucha y no se hastíen de ella, quizás no debemos olvidarnos del origen popular y campestre de nuestra lucha autóctona, no la podemos equiparar a otros deportes y no podemos socialmente y económicamente competir con ellos. La lucha canaria forma parte de nuestra cultura y de nuestras tradiciones, por lo que se debe darle tanta importancia o más al enfoque didáctico y divulgativo que al competitivo. La lucha canaria, como se comprueba en este reportaje cinematográfico que hemos rescatado para nuestra historia, forma parte de las muchas luchas folclóricas existentes en el mundo y a la que le debemos el respeto, el apoyo y el seguimiento institucional y mediático que en muchas islas no se le tiene.